Capitulo 06 Daño total

El sonido de la sirena de una ambulancia ¿Cómo todo había acabado en esto?
Las cosas aun parecían tener control, hacia unos días… si, después de aquello.



-Señorito!! –El mayordomo se apresuro y tomó a Keigo en sus brazos había estado por desplomarse ni bien salio de la limosina.

Agitado, maltrecho y… que recordara en la mañana ese corte de cabello era ajeno a él en la mañana, miro de reojo al conductor.

-Demoró mucho a salir, así que entre a buscarle… Estaba sentado tras los muros sin moverse… ni decir nada… Tuve q cargarle y meterle en el auto… algo muy malo le ocurre a boo chan en la preparatoria.

El mayordomo miro ahora a Keigo, debía de ser cierto, además de casi estrellarse en el suelo Keigo solo estaba en sus brazos, agitado y con una mirada apagada.

Sintió que le llevaron a su habitación, se dejo reposar en la cama, Frank el mayordomo, le limpio la cara y colocó un parche en la herida, acarició su cabeza, tomó una tijera y emparejo el corte.

Se quedó con él lo suficiente para asegurarse de que durmiera, o al menos eso le hizo pensar Keigo que hacia. Ni bien oyó la puerta cerrarse abrió los ojos, esos brillantes azules se hallaban sin vida.

A mala gane se sento en la cama y giro su cuerpo para ponerse de pie, camino hasta hallarse con su reflejo en el enorme espejo de la pared.

“Sufres mucho” “Se te ve en la cara” “Sabes para que estas en este mundo? Para hacer feliz a unos pocos, y para sufrir tu… “Se sonrió a sí mismo, esto debía de ser el borde se su cordura se acerco y palpó el espejo.

-Eres mi reflejo… no puedes hablarme así…

“Soy tu y por eso se mas que nadie la clase de idiota que eres” – Se sorprendió, no contento con que el resto del mundo le humillase ahora se humillaba a sí mismo- “Tratas de complacer a papa… Tratas de ser ejemplo… pero nada de eso es lo que te agrada, tal vez solo un poco ser el centro de atención, pero no con esa aptitud de ególatra que te impusiste usar… Admítelo… eres falso, tan falso que te odias a ti mismo”

-SILENCIO!!!!

“Te odias tanto ahora mismo que… Te crees no deberías estar en este mundo”

La ira le invadió, no lo pensó solo lo hizo y el ruido de un cristal rompiéndose lleno el cuarto, al mismo tiempo palideció oyendo como en stereo el ruido de un goteo cercano.

Miro a todos lados buscando el lugar de origen, pero no halló nada.

“Tonto… mira lo que has hecho”

Regresó la mirada a los cristales y retrocedió notando un charco rojo en el piso.

“No dirás que no fue apropósito… querías lastimarme… Ósea… a ti”

Observo mano derecha temblando delante de su cara, varias bifurcaciones de espeso líquido carmesí salían de ella, enmudeció sin poder decir nada, se puso en pie para tratar de ir a la salida, resbaló cerca de la salida


Eso era lo ultimo que recordaba antes de despertar a medias en la ambulancia, no podía ver bien todo estaba borroso.

“Increíble que una persona de su condición… pueda llegar al punto de estas medidas” –Un paramédico.

“Además esas heridas y golpes… o tiene problemas o se causa problemas” –Dijo el otro.


¿Estas medidas? Ahora recordaba lo que había pasado, su pelea con el espejo, el sangrado en su mano, entendía un poco de lo que decían, pero eso no era… es decir… bueno si ellos entendieran que su espejo le reto… pero claro era ilógico debía de ser la proyección de sí mismo a contra de su persona, pero eso seria admitir lo que dijo el espejo… ósea él… que se odiaba… entonces, esto era realmente… un intento de suicidio?

Se negó aquello en su cabeza, no podía ser eso nunca se le había pasado por la cabeza, pero… había una duda en su cabeza, prefirió descansar sus ojos y así esperar de la manera mas pasiva el que el dolor de su mente en ese instante. Después de todo era lo que podía hacer ya que probablemente algún calmante le ayudaba a aquello.