Capitulo 04 tormento

Tormento


-Buchou… estará bien?

Un ruido de desagrado- Déjenlo allí ya se levantara solo… Escuchaste… NOVATO!! – Sintió un golpe en su estomago y luego oyó alejarse a la totalidad.

Estaba allí en las canchas de arcilla, con el uniforme que hacia unas horas su padre le había entregado, hecho polvo, sucio… Estaba adolorido, lleno de golpes por todo el cuerpo, desde los lugares de impacto de las que le parecían miles de pelotas, hasta los casuales golpes que esos sujetos le habían propinado al encontrarlo en el suelo.

Atobe Keigo se arrastro hasta el parante mas cercano de la Net de tenis, debía de usarle para poder ponerse en pie, ya ni el orgullo le ayudaba, este estaba regado por toda la cancha. Ya de pie, paso su manga por su rostro, al limpiar su boca noto que la tela se mancho de rojo.

-Kuso… - Se quejó por lo bajo, aunque de nada hubiese servido que lo hiciere mas alto y sus ojos se llenaron de lagrimas, en ese momento sintió que algo en su bolsillo se movía

Metió la mano a el y sacó su celular BlackBerry, sus ojos esta ves no pudieron evitar dejar escapar una lagrima- O… Otosan…

- ¿QUE DEMONIOS ESTAS HACIENDO KEIGO?

-O… Otosan… yo…

-DATE PRISA Y REGRESA CASA… “MOCOSO ESTUPIDO” –Oyó decir al final antes de que le colgara.

Una sonrisa se dibujo en su rostro al tiempo q las lagrimas empezaron a caer, empezó a dar pasos tambaleándose, cualquiera que le hubiere visto diría que era un alma en pena.

“Todo este tiempo… todas las cosas que he venido haciendo… no valen nada, verdad? Empiezo a creer que no vale la pena seguir con este fiasco, con la pantalla de chico súper creído, súper alegre y súper feliz… Cuando en verdad nada de eso… es verdad”

Una gota de agua cayó sobre su rostro

-Okasan… ¿Tú también lloras? Lo lamento… - Se detuvo en una pared, según recordaba la entrada estaba pasando el patio enorme que aun le faltaba recorrer- Pero… ya no puedo seguir con esta vida… Ya no quiero ser “El chico modelo”… Duele… - Se llevo la mano al vientre, había hecho referencia mas a un dolor interno que a eso… pero… también era un dolor algo insoportable.

No se sorprendió de no ver a nadie al entrar al gran patio, esos tipos debían de haberse asegurado de que nadie se quedase en el campus tras las horas de inscripción.

-Itai… Duele… duele mucho… -Se detuvo en medio del patio, pudo ver la salida, eso le alegro mas ni bien quiso mover un pie delante del otro, la gravedad hizo su trabajo y le jaló hacia el suelo, dejando un sonido seco que acompaño su desplomo.

El rey a caído… Y de la manera más dolorosa



-Estará bien Kuroi… -Dijo una voz desconocida para Keigo, abrió los ojos levemente, estaba en su habitación.

Su padre estaba en la puerta hablando con un hombre de cabellera azulina, solo pudo imaginar a una persona “Oshitari” Pero eso era imposible, Yuushi debia de estar en Osaka en esos momentos.

-Parece que has despertado… - Dijo una nueva voz cuyo portador estaba al lado derecho de su cama, casi no lo podia creer.

-Sakaki… Couch… - Dijo en un hilo de voz que casi ni el pudo escucharse.

Al oir a Sakaki, tanto el padre como el desconocido se acercaron a la cama

-Keigo… me tenias preocupado… por suerte Tarou te encontro y te trajo a casa… -Indicó su padre, notó la mirada del menor en la persona de cabellera azulina- Él es el padre de Yuushi, es medico… Ya te ha revisado… Cuando te sientas mejor me darás los detalles… Iré a despedirlo…

Dijo ya alejándose, la mano de Keigo salio de debajo de la sabana y se extendió hacia la espalda del hombre que ya se alejaba, pero fue sujeta por quien se había quedado a su lado.

-Tranquilo Keigo… has pasado por algo muy difícil el día de hoy… Descansa…

Eso es lo que deseaba hacer… descansar, pero de todo, de totalmente todo, se cubrió con las sabanas y empezó a llorar en silencio.